Evaluar, determinar, calificar

convention-1410870_960_720

Fuente imagen: Pixabay

Estos cursos que voy dando me hacen pensar seriamente sobre las evaluaciones y las calificaciones y la primera pregunta que se me plantea es ¿es necesario calificar? Estamos acostumbrados a hacerlo, pero poner una nota numérica ¿tiene hoy en día algún sentido, alguna función?

Entiendo que la evaluación sirve para orientar al alumno en relación a su aprendizaje. Pero, ¿no hay otras posibilidades que vayan más hacia un sistema más de acompañamiento y que no sea tanto un sistema de catalogación?

Porque al final poner una nota es como poner una etiqueta. Tú sí, tú no. Tú vales tanto, tu menos. Tú entras dentro de la media, de lo que se espera, del rasero por el que todos se tienen que medir, pero tú no. Y es el profesor el que decide esto. Se nos llena la boca diciendo que la estructura de las clases ha cambiado, que ha pasado de ser vertical y jerárquica a ser horizontal, pero siguen siendo los profesores los que acaban diciendo si uno aprueba o no.

Para mí las calificaciones son terribles. Los alumnos están asustados cuando oyen la palabra evaluación, examen. Personas de todas las edades realmente entran en estados de ansiedad.  Simplemente porque no han tenido buenas experiencias anteriormente y muchos de ellos se encuentran actualmente en situación vulnerable, teniendo que reciclarse a la fuerza y se encuentran inseguros en un mundo competitivo que amenaza con dejarles fuera. Y, para colmo, tienen que enfrentarse a una evaluación después de cada curso de reciclaje.

En uno de los últimos cursos de “Inglés profesional para asistentes de cocina” puse un diez a Joana, una mujer de unos cuarenta y pico años.  Me emocionó lo que me dijo. Se sorprendió de que le hubiera puesto un diez y me dijo que nunca le habían puesto uno. “Bueno sí” –dijo- “una vez en cuarto de primaria, en un trabajo de la fotosíntesis me pusieron un diez y me fui a casa supercontenta”. Joana había estado con todo lo que había podido en las clases, participando, aportando, dentro del ensayo-error tan necesario para aprender. ¿Por qué nos cuesta tanto a los profesores poner el diez?

Yo creo que intervienen varios factores. Uno es que las expectativas de aprendizaje no las pone el alumno, las pone el profesor en relación a unos estándares básicos. Esto ocurre sobre todo en las clases de idiomas. La evaluación se ajusta a un tipo de exámenes tipo y todo gira alrededor de eso. Y está bien, en caso de personas que quieren obtener un diploma, pero ¿todos los que estudian idiomas necesitan un certificado? Entiendo que no. Entonces ¿por qué no es el alumno el que establece sus propios objetivos y se califica de acorde a sus metas?

Otro de los aspectos que afectan a la calificación es el miedo del profesor. El miedo a que el alumno entienda que no tiene nada más que aprender o que el profesor no tenga nada más que ofrecer. Porque parece ser que eso es lo que aparenta que dice un diez. Que ha conseguido su tope. Ya no hay nada más después de esto. Hay profesores que con el diez tienen miedo a darle el poder al alumno. No reservarse nada para ellos. Esas décimas de menos en las notas que el profesor se guarda para sí con la puntualización de … “ha estado bien, pero…” es lo que mantiene en el poder al maestro.

En todas las clases que imparto doy la oportunidad a los alumnos a que se califiquen, que valoren su participación en las clases, el esfuerzo que han puesto y su trabajo para conseguir sus objetivos. Curiosamente, las notas que se ponen en muchos casos son más bajas que mi valoración. Y es que no hay juez más duro que uno mismo.

Curiosamente, si cambias el estilo de las clases, como es lo que yo intento hacer en las mías, es necesario también cambiar la calificación. Sino no, no hay coherencia. No se puede hacer una clase reforzando las capacidades del alumno para luego machacar con unas notas muy estrictas. Realmente, tratando de adultos, deben ser ellos los que establezcan sus metas y se califiquen acordemente a ello. Después está que sean sinceros con ellos mismos. Pero eso ya es cosa suya y su responsabilidad ante su aprendizaje.

Deja un comentario